Nuevas investigaciones han descubierto pistas biológicas acerca de por qué el mal de alzhéimer es más frecuente en la mujer que en el hombre y cómo la forma más común de demencia varía entre los sexos.
Durante la Conferencia Internacional de la Asociación Alzhéimer en Los Ángeles, California, los científicos presentaron pruebas de que el mal puede propagarse de distinta manera en el cerebro de la mujer que en el del hombre.
Otros investigadores revelaron que varios genes recién identificados parecen estar relacionados con el riesgo de padecer la enfermedad de acuerdo al sexo.
Las mujeres padecen dos terceras partes de los casos de alzhéimer y esto “no se debe solamente a que vivimos más” que los hombres, dijo Maria Carrillo, científica y directora de la asociación. También hay “una base biológica” para las diferencias de género en la enfermedad, agregó.
Estudios previos sugieren que las mujeres de cualquier edad tienen más probabilidades de desarrollar alzhéimer que los hombres. Los científicos también saben que un gen llamado APOE-4 parece aumentar el riesgo para las mujeres que para los hombres en ciertos rangos de edad.
Además, las mujeres que padecen de la enfermedad en sus primeras etapas podrían no ser diagnosticadas de manera apropiada debido a que tienden a registrar mejores resultados que los hombres en las pruebas orales, lo que oculta el daño del alzhéimer.
Evidencia adicional
Los nuevos estudios ofrecen evidencia adicional y posibles explicaciones de las variaciones entre cómo los hombres y las mujeres desarrollan la enfermedad.
Los investigadores de la Universidad de Vanderbilt encontraron cómo la proteína tau, que forma nudos que destruyen las células nerviosas, se propaga de manera distinta en los cerebros de mujeres y hombres.
Con radiografías de 301 personas con habilidades de pensamiento normal y 161 de otras con deterioro leve, los investigadores trazaron los lugares en los que se depositó tau y los correlacionaron con las redes nerviosas, por las que viajan las señales cerebrales.
Encontraron que las redes de tau en las mujeres con deterioro leve estaban más difusas y se propagaban más que en los hombres, lo que deja entrever que habría más zonas del cerebro afectadas.
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