Este tipo de problemas de salud mental acumulan un alza de un 63% desde 2017 entre los usuarios de isapres.
La sensación de agobio, intranquilidad, falta de concentración en el trabajo y los trastornos del sueño son algunos de los episodios que más describen las personas que consultan a un especialista de salud mental, y se agudizaron con la pandemia. Y tanto en el sistema privado como en el público, los cuadros ansiosos y adaptativos han ido ganando terreno frente a los episodios depresivos.
El diario La Tercera consigna que más de 385.819 licencias médicas por salud mental han sido emitidas a afiliados del sistema de isapres durante 2020, según cifras entregadas por la Superintendencia de Salud. Se trata de un aumento del 11,42% respecto de 2019 y solo en lo que va desde este año, el número ya alcanza 228.356 subsidios de incapacidad laboral emitidos, muy cerca de de todas las licencias entregadas en 2017 (ver infografía al final de la nota).
En el sector público, en tanto, los datos requeridos al Compin Nacional señalan que el año pasado 1.318.433 afiliados a Fonasa requirieron una licencia asociada a estas patologías: 244.758 más que en 2019, lo que representa un alza del 22,8%. En el Ministerio de Salud aseguran que los principales diagnósticos son trastorno mixto de ansiedad y depresión”.
Los datos del sistema privado muestran que sin bien las licencias por estados depresivos se mantienen en torno a las 130 mil en los últimos cuatro años, los trastornos de ansiedad y adaptativos han ido ganando terreno en el diagnóstico de problemas de salud asociados a salud mental.
Así, desde 2017 a 2020 el diagnóstico ansioso ha crecido un 59,2%. Y, en paralelo, las patologías adaptativas lo han hecho un 66,9%. En total, el alza acumulada de subsidios de incapacidad laboral emitidos desde 2017 asociados a estos dos grupos de patologías mencionadas pasó de 127.302 en 2017 a un total de 207.220 durante 2020, registrando un aumento del 63%.
Pandemia, encierro y otros síntomas
Los especialistas describen que los trastornos adaptativos, por lo general, se manifiestan con síntomas ansiosos (intranquilidad, sensación de que algo malo va a pasar, taquicardia, sudoración, sensación de ahogo), y con síntomas depresivos (disminución de las ganas de hacer cosas, tristeza, llanto fácil, alteración del sueño o del apetito), y señalan que ambos cuadros conllevan alteraciones de algunas funciones cognitivas.
Por eso algunas personas manifiestan alteraciones de la memoria a corto plazo, van a buscar algo y no se acuerdan qué o algunos olvidan los nombres de los objetos. Otros también señalan estar más irritables y que no logran dormir de corrido por varias horas, en suma, sienten que el encierro y el teletrabajo les está pasando la cuenta.
El psiquiatra Bernardo Barra, coordinador del GES de Alzheimer y Demencias en Redgesam, señala que una mayor inestabilidad emocional, los trastornos de pánico o la sensación de sentirse sobrepasado han sido algunos de los síntomas descritos más frecuentes por los pacientes y que este tipo de trastornos específicos, asociados a un hito particular y común como la pandemia y el teletrabajo, han agudizado la consulta y el diagnóstico.
Ahora, con el retorno a la presencialidad en los ambientes laborales, el psiquiatra relata que existen pacientes que describen estar más nerviosos de lo común en reuniones o al exponer frente a una jefatura. “Hay pacientes que me dicen que se tienen que ir a esconder al baño a llorar, porque no son capaces de entablar una relación en una reunión de jefatura”, detalla.
Por ello, frente a este nuevo escenario de desconfinamiento y retorno al trabajo presencial, se aconseja aplicar un plan de adaptación laboral flexible en este nuevo periodo, ya que el retorno paulatino en muchos lugares de trabajo también implica un estrés adicional y una experiencia altamente compleja para quienes han estado encerrados después de casi dos años de confinamiento.
Fuente: La Tercera